jueves, 9 de abril de 2009

Juan Martín Díez "El empecinado"

Con 18 años Juan Martín “El empecinado” se enrola en el ejercito español para luchar contra los franceses en la guerra del Rosellón (Guerra de la Convención) de 1793 a 1795.


(Retrato de "El empecinado" por Goya)


Terminada la contienda, vuelve a su pueblo natal Castrillo del Duero para trabajar como labriego. Esta actividad va a durar pocos años, ya que cuando comienza la guerra de la independencia en 1808, no duda en enrolarse para luchar de nuevo contra los franceses, que pretenden esta vez invadir España. La leyenda cuenta que un soldado francés violó a una muchacha de su pueblo, dándole muerte el empecinado al enterarse del suceso.

Organiza una partida de guerrilleros con gente y familia del pueblo, dedicandose a interceptar correos y mensajes del enemigo, y apresar convoyes de víveres, dinero, armas, etc dándole verdaderos quebraderos de cabeza al ejército francés, hasta el extremo de que se ordenó en exclusiva al general Joseph Leopoldo Hugo dar caza al empecinado.

El general francés, cansado de perseguir al guerrillero sin poder darle caza, decide secuestrar a la madre y a varios familiares de Juan Martín. La reacción de éste ante tal suceso no se hace esperar y manda a fusilar a cien prisioneros del ejército francés. Los apresados son rápidamente puestos en libertad.

(Pintura anónima de Juan Martín "El empecinado")


El 8 de octubre de 1808 se otorga a don Juan Martínez Díaz, natural de Castrillo de Duero (Valladolid), el privilegio de usar el renombre de Empecinado, para sí, sus hijos y herederos.


En 1809 es nombrado capitán de caballería, y en la primavera de ese mismo año su campo de acción se extiende por las sierras de Gredos, Ávila y Salamanca.

En 1811 se le pone al mando de los húsares de Guadalajara, teniendo bajo su mando a 6000 hombres.

En 1814, Juan Martín es ascendido a Mariscal de Campo, y se gana el derecho a firmar como El Empecinado de forma oficial.

(Firma de "El empecinado")



Terminada ya la guerra, y cuando el rey Fernando VII regresa a España restaura el absolutismo, tomando medidas contra los que considera enemigos liberales, entre otros el Empecinado, que fue desterrado a Valladolid.



(Pintura de Fernando VII realizada por Goya)


En 1820 tiene lugar el pronunciamiento del militar Rafael de Riego y el Empecinado vuelve a las armas, pero esta vez contra las tropas realistas de Fernando VII. Durante los años siguientes, durante el trienio liberal, es nombrado gobernador militar de Zamora y finalmente, Capitán General.


Cuando acaba el régimen liberal en 1823 se destierra en Portugal, para posteriormente solicitar un permiso para regresar a España, que le fue concedido.
De regreso a España es detenido en la localidad de Olmos de Peñafiel desde donde se le traslada a Nava de Roa. El corregidor de esta localidad ordena su ejecución el 20 de Agosto de 1825.

(Tumba de "El empecinado" en Burgos)


Benito Pérez Galdós cuenta en Los Episodios Nacionales que "el Empecinado" murió a bayonetazos, cuando camino del patíbulo, se desencadenó en un arranque de desesperación y fuerza y consiguió quitar la espada al oficial que le acompañaba.

1 comentario:

  1. Aquella persona que permanece firme en su convicciones, aún teniéndolo todo en contra. exponiendo el patrimonio que merecidamente ha acumulado, incluso la propia vida, no es por empecinamiento, sino por que es una persona de honor.

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